miércoles, 24 de septiembre de 2014

¿Eres un adicto al sexo?





Es un tema que genera debate, pues hay especialistas que aseguran que no existe, pero otros consideran que es un problema y debe tratarse.
“Mi deseo sexual me ha generado muchos problemas”,confiesa Raúl (37). “La palabra ‘insaciable’ me parece fuerte para describir lo que viví, pero quizás es la más apropiada. Fui adicto a la pornografía, quería tener sexo todo el día, no me sentía satisfecho. No podía controlarlo y mi pareja me dejó porque me tenía miedo”, agrega.
¿Qué es la adicción sexual? El párrafo anterior ayuda en buena parte a describir el fenómeno, pero lo cierto es que la respuesta varía de acuerdo a las vertientes que han estudiado el tema.
Por un lado, tenemos que la adicción sexual es la incapacidad de controlar los impulsos sexuales, los cuales suelen ser muy intensos, dicho sea de paso. El adicto, a diferencia de la mayoría de seres humanos, se caracteriza por un apetito sexual insaciable y problemático. En países como Estados Unidos, esta conducta es vista como una adicción análoga a la drogadicción. De hecho, hay terapias para superarla.
Hace unos meses, un estudio de la Universidad de Cambridge demostró que las regiones cerebrales que se activan ante un estímulo erótico (en el experimento usaron videos pornográficos) son las mismas que aquellas que reaccionan cuando un drogadicto está frente a los estupefacientes que consume. La investigación ha dado pie para reavivar nuevamente el conflicto con la postura opuesta.
EN LA OTRA ORILLA
El DSM-5, la guía vigente y universal de los trastornos mentales, no incluye a la adicción sexual como patología debido a la falta de evidencia científica contundente.
Por su parte, el psicólogo estadounidense David Ley considera que no es una enfermedad, sino un síntoma. Ley, autor del libro El mito de la adicción sexual, sugiere que, en muchos casos, ser diagnosticado como adicto sexual resulta inadecuado, pues no es más que evitar hacerse cargo de actos irresponsables que se realizan de manera voluntaria.
“Muchas mujeres me han dicho que creer en la adicción al sexo les permitió tolerar la infidelidad de sus esposos. Fue más fácil para ellas creer que la otra mitad estaba enferma que aceptar que era egoísta”, escribió Ley en el diario The Telegraph.
Lo cierto es que definir la adicción sexual como conducta, síntoma o patología resulta complicado. “Cuando se trata de una adicción, la línea entre moralidad y enfermedad siempre ha sido borrosa”, sentenció John Cloud en el artículo Adicción sexual: ¿enfermedad o excusa conveniente?, publicado en Time.
Sin embargo, es importante estar atentos cuando el deseo sexual origina problemas. Engañar a la pareja para aplacar el apetito sexual o meterse en aprietos económicos por acceder a sitios pornográficos de paga son, por citar dos ejemplos, señales de que algo no anda bien. Si la vida cotidiana se ve afectada, hay que tomar cartas en el asunto.
¿SABÍAS QUE…?
La adicción sexual fue incluida en la tercera versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-3). No apareció en las versiones siguientes.
Para David Ley, autor del libro “El mito de la adicción sexual”, la adicción sexual se ha empleado como excusa para desarrollar una industria terapéutica.


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