Lima. Cuando vamos a entrenar a nuestro perro muchas veces pecamos de creer que sabemos todo, cuando en realidad no es así. Solemos cometer errores que aparentemente, a nuestro criterio, están bien; sin embargo estamos creando un gran conflicto interno en nuestra mascota. El sitio web De10 hizo una interesante lista de los errores que muchos dueños de canes cometen a la hora de entrenar a sus mascotas:
1. No entrenar frecuentemente a tu perro
La mayoría de los dueños suelen tener paciencia para entrenar a su nuevo perro, pero una vez que ya ha aprendido las órdenes, asumen que las realizará casi automáticamente. Por supuesto, lo que pasa después es que el perro tarda cada vez más en responder hasta que llega el momento en el que ya no hace caso. Lo mejor es ser constante con el entrenamiento, repetir las órdenes varias veces y en diferentes circunstancias, y continuar agregando trucos a su repertorio para mantenerlo ocupado y motivado.
2. Repetir demasiadas veces las órdenes
Este error se comete muchas veces con órdenes que aún no han sido muy bien enseñadas o que al perro no le gusta realizar. Al dar la orden, el perro no hace caso y, ante la frustración que esto causa, el dueño repite una y otra vez la misma orden esperando que el perro haga caso. Lo mejor es asegurarte de que tu perro ya sabe ejecutar bien la orden. Si es así y de todos modos no responde a la primera, espera un momento en silencio, cambia de sitio si quieres y vuelve a dar la orden. Si la ejecuta, dale muchos apapachos y felicítalo. Si no, un buen tip es esperar un momento mientras ves a tu perro fijamente a los ojos y acercarte más a él. Casi todos los perros responderán a esto. En cuanto ejecute la orden, dale muchos cariños y felicítalo.
3. Hacer sesiones de entrenamiento demasiado cortas o demasiado largas
Aquí, constancia y repetición son la clave. En lugar de hacer una sesión de entrenamiento de 10 minutos que será muy aburrida para tu perro, es más recomendable hacer 10 mini sesiones de 1 minuto durante el día, todos los días. Recuerda que si solo haces una mini sesión al día o si pasan días y no repites la rutina de entrenamiento, es muy difícil que consigas los resultados que esperas.
4. Entrenar a tu perro siempre en las mismas condiciones
Si siempre entrenas a tu perro en las mismas condiciones, como por ejemplo, en la comodidad de tu sala, será muy difícil que logre ejecutar las órdenes si está en un parque con muchos distractores a su alrededor. Es importante ir variando el contexto en el que se da el entrenamiento para que tu perro se acostumbre a responder en distintos ambientes. Recuerda empezar por los lugares más tranquilos y, poco a poco, ir cambiando a ambientes más caóticos.
5. Confiar demasiado en los premios y muy poco en los elogios
Los premios son una gran herramienta para ayudar a que tu perro aprenda una nueva orden. Sin embargo, lo ideal es ir cambiando los premios por felicitaciones y apapachos para que tu perro no asocie que siempre obtendrá un premio cuando le pidas hacer algo. Es mucho mejor que tu perro ejecute tu orden porque recibe muchos cariños y te ve feliz a condicionar su comportamiento a través de la comida.
6. Volverte muy emocional
Tratar de entrenar a tu perro cuando estás enojado o eufórico puede resultar contraproducente, ya que puedes intimidar a tu perro o, por el contrario, disparar su energía e impedir que se concentre. Es muy importante tratar de mantener una energía relajada y una actitud segura, pues esto hará que tu perro atienda mucho mejor tus indicaciones
7. Ser reactivo y no proactivo
El entrenamiento de perros es una actividad que requiere paciencia y mucha observación para entender la mente de tu perro. Definitivamente, los resultados no se logran de la noche a la mañana ni en poco tiempo. Por ello, es fundamental ser constante y, sobre todo, aprender a adelantarse a los comportamientos que se desean corregir. Por ejemplo, si tu perro ladra cada vez que suena el timbre y tú le gritas que se calle, solo estás reaccionando ante su propia reacción y no estás haciendo nada útil para corregir el comportamiento. Pero si te anticipas a su ladrido y distraes su mente para concentrarse en algo más interesante, lo más seguro es que lograrás controlar su reacción.
8. Ser incongruente
Este factor es muy importante. La constancia no sólo debe aplicarse a la frecuencia del entrenamiento, sino también a la técnica y a las reglas. Si cada vez que tratas de enseñarle una orden a tu perro cambias la metodología que usas, solo terminarás confundiéndolo. Y, por ejemplo, si decides que la regla es que no se suba a la cama, pero 4 de cada 10 veces le dejas subirse, será muy difícil que aprenda que no debe hacerlo.
9. Ser inseguro
Si no confías en ti mismo ni en tu propio entrenamiento, tu perro se va a dar cuenta. Los perros tienen una especie de radar para detectar la falta de confianza, pues es percibida por ellos como debilidad. No se trata de que te vuelvas autoritario ni agresivo, simplemente muéstrate confiado y como el verdadero líder de tu manada.
10. No entender el carácter de tu perro
Cada perro tiene su propio patrón de comportamiento y, si bien, el que tu perro pertenezca a cierta raza puede marcar predisposiciones a mostrar cierto carácter, la realidad es que debes ser muy observador para determinar qué método funcionará mejor con tu can. Es decir, si tu perro es muy tragón, será mucho más fácil realizar su entrenamiento con premios. En cambio, si tu perro no es especialmente amante de la comida, quizás sean tus apapachos o conseguir algún juguete lo que lo mantendrá motivado.
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