jueves, 6 de marzo de 2014

Despedida del mejor amigo




Piensa en tu mejor amigo, en ese que estuvo a tu lado en las buenas y en las malas; en el que te cubrió cuando la embarraste y te prestó plata cuando estabas misio.

Piensa en ese amigo que nunca te dijo que no y que siempre estuvo dispuesto a echarte una mano cuando la necesitabas. Pongámosle a ese amigo un nombre… ¿qué te parece Miguel? Me gusta Miguel Angel.
Pues bien, resulta que el buen Miguel Angel ha decidido pedirle a su novia de toda la vida que se case con él. Si bien la noticia te ha caído como un balde de agua fría, y a pesar de haberte opuesto públicamente a tremenda decisión, Miguel está profundamente enamorado de… de… Sofi, una joven estudiante de secundaria que lo único que desea en esta vida, además de ser una buena mujer, es casarse y tener hijitos con Miguel Ángel… “qué lindos”.
Así que por lo visto no hay mucho que hacer para evitar la consumación del acto; tu “pata”, tu amigo, se te casa.
El tiempo ha pasado y falta muy poco para el gran día de Miguel y tú como mejor amigo te ves con una gran responsabilidad sobre tus hombros: hacerle a Miguel Ángel la mejor despedida de soltero del mundo, tal vez y con un poco de suerte, la despedida sea tan buena que hasta se arrepienta y nunca llegue al altar, eso te llena de ánimos para realizar la organización.
Ya tienes varias ideas en la cabeza, estás obstinado con ellos y nada podrá detener tremendo evento, aunque “mi querido lector” has olvidado un pequeño detalle… ¿qué pensará tu mujer de este programita que tienes en mente para el sábado en la noche?
¿Te dará luz verde para convertirte en el organizador oficial de esta fiesta pagana o te amenazará de muerte si tan solo se te ocurre asistir a ese “jolgorio”, a esa “orgía”? Tal vez sea más fácil no ir y así escaparte de una pelea con Godzila (tu novia) pero nuevamente te digo… piensa en tu mejor amigo, en ese que estuvo a tu lado en las buenas y en las malas… ¿vas a decepcionar al buen Miguel Ángel por ser un pisadito? Mmmm.
Las despedidas de solteros… todo un tema ¿no? ¿Son necesarias? ¿Son evitables? ¿Son divertidas? ¿Son malcriadas? ¿Son censurables? ¿Son despedidas? Creo que una mujer nunca se cansará de preguntarse sobre la naturaleza de esas fiestas a puertas cerradas. Debe ser el hecho de ignorar la verdad lo que a la mayoría de mujeres las vuelve locas.
Bien lo decía Walt Disney: nada como el poder de la imaginación. Una mujer tiene toda la capacidad del mundo para enfermarse con imágenes casi pornográficas, producto de la paranoia de imaginar a su hombre, rodeado por otros hombres que lo incitan a pecar y a dejarse llevar por los más bajos instintos.
Por supuesto que no todos estamos tan locos. Si me obligo a ser categórico diría que frente a las despedidas de solteros hay dos tipos de mujeres: las que dan permiso para asistir a ellas y las que no. La que da permiso entiende que lo que pasa en esas fiestas en realidad no es tan grave como parece.
Entiende que habrá chicas que se quitarán la ropa y tal vez se sienten encima del homenajeado y seguramente encima de su propio hombre, pero así mismo entiende que al final todo es un show y más que asociarlo con un acto sexual, lo asocia con un acto chacotero. Por supuesto no niega que todo hombre se entusiasma con ver un par de tetas nuevas y un buen culito, pero ella puede vivir con eso y puede irse a dormir tranquila, a esto debemos sumarle una importante dosis de confianza en su pareja, claro está.
Pero a pesar de mostrar esta extraña tolerancia y modernidad, de todas formas algo, alguito, le inquieta. Esto se traduce al día siguiente en preguntas que saldrán de su boca, intentando saber cómo fue el evento. Estas preguntas tienen dos funciones: una es demostrar una actitud de superación frente al acto para mostrarse como una novia permisiva y poco absorbente, y la segunda razón es para reconfirmar que en realidad no pasó nada de lo que ella tenga que preocuparse.
Señores si ustedes tienen una de estas mujeres en casa, quiéranlas, ámenlas y cuídenlas bien, no las tomen “for granted” (sorry por el inglés, pero no encuentro todavía en el idioma español, una definición que sea igual de precisa que esa, tienen permiso para llamarme “huachafa”, no hard feelings, ja!).
Pero si hablamos de las que se escandalizan frente a este tipo de festividades, ahí sí que estamos hablando de otro rollo, y un rollo bien gordo. A estas mujeres las he bautizado como las “Perseguidas”, las Perseguidas que se dejan alcanzar por pensamientos turbios que les raspan el cerebro con imágenes grotescas de sus hombres cometiendo los actos más obscenos y reprimidos. A continuación una reseña de cómo lidiar con ellas frente a esta fiesta tan “escabrosa”.
Todo hombre sabe que cuando se acerca la despedida de soltero de alguno de sus amigos, lo primero que tiene que hacer es pedirle permiso a su mujer, y si estamos hablando de pedirle permiso a una mujer Perseguida, pues no será una tarea nada fácil.
Comencemos con la primera opción para pedir permiso, la he bautizado “la Estrategia del Corazón", y consiste en tratar de sensibilizar a su mujer con la excusa de lo mucho que significa este amigo para ustedes. “Mi amor, pero es la despedida del Gordo ¿cómo no voy a ir a la despedida del Gordo? Soy su mejor amigo desde el colegio, él se comía mi lonchera desde primero de primaria, él me abrió las puertas de su casa, él me consiguió la figurita de Oblitas que era la que me faltaba para llenar el álbum y ganarme los patines, el Gordo es mi vida”.
Por supuesto que esta estrategia cojea de varias patas y es muy probable que se caiga, pero tengan el consuelo de saber que si se cae, por lo menos ellas se sentirán culpables de separar a dos grandes amigos.
La segunda técnica para pedir permiso la he denominado como la Estrategia de la Hipocresía: “No mi amor, ¿cómo de te ocurre que van a ir chicas? Solo nos vamos a juntar los amigos en la casa del Chino, puro calzoncillo. Apenas vamos a tomar unas cervecitas y como hoy hay partido, fijo que nos quedamos pegadazos a la tele. ¿Cómo se te ocurre que van a ir chicas? ¿Tan bajo crees que podemos llegar?”.
Hay mongas pero no muchas, así que probablemente esta técnica tampoco les funcione a la mayoría, así que les propongo la última opción, si esta la saben hacer bien no debería tener fallas, por supuesto que carece de todo grado de ética pero ante una emergencia, ¿qué se puede hacer?
Esta vendría a ser la Estrategia de la Mentira. “Mi amor, esta noche voy a tener que llegar tarde, acá en la oficina ha explotado una bomba y nos vamos a ir a la casa de mi jefe a tratar de apagar el incendio, yo espero que no dure hasta tarde, pero tú sabes cómo son estas cosas, nunca se sabe”.
Y ahora no me vengan con que nunca han hecho esas… y las señoritas no me vengan con que estoy incitando a la mentira porque esta técnica no la he inventado yo y si existe, existe por mujeres que reprimen tanto a sus hombres que nos los dejan irse a divertir un rato a la despedida de soltero de su amigo.
Yo la verdad no entiendo a qué le temen tanto, si es a la infidelidad, creo que es mil veces más fácil consumarla en cualquier otro lugar que en una fiesta de solteros donde hay demasiados testigos mirando lo que pasa, aunque debo decir que los hombres resultan ser bastante reservados a la hora de contar lo que sucede en esas fiestas.
Tal vez lo que habría que hacer es cambiarle el nombre a este evento. El hecho de llamarse “Despedida de Soltero” fomenta a que una piense que el que está próximo a casarse, se despedirá de su soltería estando por última vez con otra mujer que no es la suya, y de refilón lo acompañarán todos sus amigotes angurrientos, sobre todo los casados con hijos, esos tienen fama de ser los más entusiastas.
 Además todos los que tenemos más de 25 años no podemos pensar en una despedida de soltero sin recordar esa popular película donde Tom Hanks, un joven próximo a casarse, se veía envuelto en una noche llena de drogas y mujeres, producto de su propia fiesta de soltero, y si bien al final no hacía nada a pesar de estar tentado por una ex desnuda, uno se quedaba con el sabor de que el personaje de Tom era una excepción, o sea que los demás hombres eran unos desgraciados que terminaban pecando.
El cine puede ser peligrosísimo. ¿Pero cómo podría llamarse esta fiesta? “Noche de amigos”, “Puro calzoncillo”, “Antes de”… no lo sé, habría que pensarlo, les propongo me ayuden a encontrar un nuevo término, estoy segura que nos servirá a todos.
Ahora mucho hemos hablado de la molestia de las mujeres frente a estas fiestas, de lo escandalosa que resulta la idea de que una chica se desnude frente a 30 muchachos en un departamento, pero si les tengo que ser franca, las chicas tienen un comportamiento inversamente proporcional a esta postura cuando se trata de asistir a una despedida de soltera.
Si piensan que una despedida de soltera es varias chicas tomando gelatinas con vodka y bailando entre ellas las bailaditas del verano, permítanme decirles que están a varios kilómetros de la verdad. De las dos o tres despedidas de solteras a las que me he visto obligado a ir (porque yo sinceramente las detesto tanto como los showers de matrimonios) he podido ver a mujeres totalmente descontroladas, lanzándose sobre el cuerpo de un asustadizo stripper vestido de P.I.P o de Zorro luchando para que la indefensa tanga no se le termine por caer.
Es increíble pero hay ciertas mujeres que simplemente se convierten en unas lobas en estas fiestas y si bien no voy a decirles que terminan acostándose o besándose con estos hombres de la noche, porque la verdad nunca lo he visto, no me consta y sinceramente lo dudo, tengo que decirles que estoy casi seguro que hay más mujeres portándose mal en despedidas de solteras que hombres pecando en sus respectivas despedidas. Puedo estar muy equivocado, pero es una corazonada a la que creo.
El día que yo me case, querré una despedida de soltero y querré que mi novia tenga la suya. Que ella elija cómo sea, con calatos, sin ellos, con bailes, con borracheras, con discotecas, con extranjero, ese será su rollo.
Por lo pronto mi despedida obviamente requerirá de mis amigos pero prescindirá indefectiblemente de esas mujeres a domicilio que te cargan, te dan vueltas y te ponen ciertas partes de su cuerpo a centímetros de la nariz, la boca, los pechos, no gracias; nunca he tenido que pagar por un poco de emoción, menos voy a querer hacerlo a días de casarme. Lo que sí pienso es divertirme hasta las 7 de la mañana.
Que esa noche la novia no llame, las copas correrán por mi cuenta y muy lejos de encerrarme en una casa con los amigos, pienso salir a la noche de Lima a divertirme como nunca, no porque sea mi última noche de soltero, sino porque se acerca mi vida de casado.
Por lo pronto creo que mi punto de vista está bastante claro, yo estoy a favor de la libertad de hacer, y creo si mañana uno de ustedes tiene que ir o simplemente quiere ir a la despedida de su amigo, de su jefe o de su primo, debe tener todo el derecho de hacerlo pero por supuesto tiene todo el deber de comportarse bien, porque al final de eso se trata esta libertad: portarse bastante bien para poder portarse un poquimiguel mal.
Cuidalos

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